Cuán importante que puede ser el sustento de otra alma y cuan ferviente el deseo de abrigar mi corazón y qué tan repentino se fue tu cobijo para mi.
¡Qué tristeza! ¡Qué desolación! De no poder decirte que aún te amo con toda la fuerza de este torpe corazón. Y los sentido que se perdieron al no poder darme cuenta el momento preciso deonde se fue el amor que tenías par mi, lo que dijiste que me querías, y todo se fue...
Perdón.
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