Estaba la mamá de Romy, nos habíamos levantado temprano porque vinieron los de fibertel a conectar el servicio, hice unos mates amargos, como me gustan a mi; charlé con Olga toda la mañana, hasta le ayudé a cocinar; comimos todas juntas como un extraño encuentro de desconocidos en una mesa ajena pero con sonrisas amistosas, que pretendían ser familiares.
A la tarde fui a ver a Carla, ella había llegado de un psicodélico viaje, doble viaje y yo quería ver que estaba entera y saber que estaba feliz por habar disfrutado desde otro mundo a los Red Hot chili peppers . Llegó la uruguaya de trabajar, se sentó con nosotras a tomar mates, se me cerró el pecho, no me entraba aire ni por la nariz, ni por la boca; un leve mareo se instaló en mi y carla, reclamando el mate que quedó encallado en mis manos me preguntó qué me pasaba, "nada, no me mires" fue todo lo que pude decirle; intenté no desesperarme y a los pocos minutos llegó dani. a Dani hace muchos días que no la veía... vió que no cara era de muerte y atinó a preguntar y yo dije "nada, todo bien gor", mentira, sentia que me moría.
Como siempre, nos reimos, llegó gastoncillo.
Demasiada gente, todos hablando, todos hablando fuerte, y yo, en la punta de la mesa media hora después mirándolos y preguntándome qué hacía yo ahí. Son personas maravillosas, un grupo de amigos como nunca los había tenido, nunca los tuve. Es extraño, porque ni en la escuela, siempre fui muy solitaria, algo rara, rebelde y con dos o tres amigas que entre ellas no se conocían. Para mi era bueno pero ese día me sentí extraña en esa mesa.
Me pregunté en qué momento esas personas me aceptaron en sus vidas, en qué momento confiaron en mi y me abrieron las puertas de sus casas y su confianza... yo no soy como ellos, ellos son maravillosos y yo soy una bolsa llena de incertidumbre.
"Dani, me voy a acostar en tu cama, verificá en media hora si sigo respirando" (Risita sarcástica y pálida).
Me acosté.
Mi cabeza dió un salto al vacío.
El corazón tomó vía propia y empezó a latir al rítmo de un colibrí.
Mis manos, mis piernas, mi cara temblaban, mucho, sin tener control sobre ellas.
No podía respirar. De a poco, y me repetía "espira, exala", "1,2,3,1,2,3" .
Intentaba gritar, te lo juro, no me salía la voz, y el celular en mi mano. Le escribí a mi hermana, quizás ella podría ayudarme desde el teléfono diciendome que todo estaría bien, la llame a mi madre, y no respondió; terminé por escribir el siguiente mensaje de texto "Dani" . Al segundo y medio dani entra corriendo a la habitación y me ve, llorando, temblando, tirada, con dificultad para respirar, detras de ella Fla, gaston y carla.
Fue un caos.
Hay momentos que olvidé. -Maltido ataque- . lloraba en la vereda porque mi papá por teléfono se escuchaba preocupado. "mañana viajá lo antes posible" me dijo.
Acá estoy, en casa. Callada, asustada, aterrada.
Llegué hace dos días. Estoy paralizada porque no entiendo que pasa, no puedo hablar, no se que decir, no quiero hablar con nadie, siento morir a veces.
Anoche tuve otro ataque.
Me acosté temprano a leer, ese libro que hace tiempo postergué, Abzurdah. Me decidí dormir pero mi cabeza no creyó lo mismo.
Pero mirá qué engañosa y perversa que es la mente; sólo vi una foto que hace años que está ahí, yo vestida de negro en mi graduación. 18 años, delgada, hermosa, segura, rebelde, deseada, ahí toda yo parada posando de negro, y me perdí en el tiempo. "Eso nunca pasó! no, no no!! no estoy acá, Córdoba, córdoba!, córdoba si existe, no estoy acá, esto no está pasando" me repetía, con pánico a la verdad.
Dani por mensajes me decía "Reyna tenes que tranquilizarte" me decía que me ama y que todo estará bien, yo le rogaba que me dijera que era una pesadilla pero no podía porque era real.
Mamá vino a las 2:30am sin querer y me encontró llorando, hinchada, sin poder respirar, con los ojos destruidos. Me trajo un paño mojado y se acostó conmigo.
No se a que hora me habré dormido pero ella estaba ahí.
Hoy es un día falta.
Dos ataques en una semana.
Migraña.
Psicóloga , con lo que los detesto, tener que pagar para ser escuchado me parece patético.
Masajes.
Desconocimiento.
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